viernes, 28 de octubre de 2011

La mujer y el trabajo

La incorporación de la mujer en el mercado de trabajo recibe una atención especial hoy en ida, pues en estudios sociodemograficos, se profundiza mas en las causas y consecuencias de la concentración o segregación de las mujeres en algunas actividades u ocupaciones, así como en la discriminación que sufren debido a su condición femenina.
En los estudios de género y en las organizaciones de mujeres se ha insistido de manera frecuente en la necesidad de hacer visible la participación económica femenina. Los trabajos que realizan las mujeres son en su mayoría precarios, discriminatorios, de tiempo parcial y ciertamente no son registrados adecuadamente en las fuentes estadísticas más globales como son los censos de población.
En los años setenta, la mayor proporción de mujeres económicamente activas se ubica en el grupo de edad de 20 a 24 años, en cambio, en los años ochenta y noventa esto ocurre después de los 25 años, de manera mas especifica, la información de las encuestas indica que la participación de la mujer en el mercado laboral ha aumentado considerablemente en las ultimas décadas. La feminización de la fuerza de trabajo industrial ha sido analizada desde diversas perspectivas, en distintos momentos con base en diferentes fuentes de información. Uno de ellos ha sido tomado en cuenta su ubicación regional. Algunos autores estudian las características socio económicas y socio-demográficas de las mujeres que trabajan en este sector en varias ciudades.
Las importantes contribuciones de las mujeres a la producción económica se basan tanto en su trabajo formal, como el informal. El empleo de una perspectiva de genero en el análisis de la fuerza de trabajo tiene que partir de esta consideración esencial y gradualmente se ha llegado al consenso de que los trabajos tienen que ser analizados de manera integral.
Otro de los fenómenos relevantes que han tenido lugar en lo concerniente a los cambios ocurridos en la estructura sectorial del país y de muchos otros países en los últimos años, es el fuerte proceso de la terciarizacion de la mano de obra. 
De acuerdo con múltiples estudios, la segregación ocupacional basada en el sexo de los individuos ha tenido un impacto negativo sobre las mujeres al limitar sus oportunidades ocupacionales, sus ingresos y la valoración de su trabajo. Pero por otra parte se ha constatado que dicha segregación ha propiciado que la expansión en el sector de los servicios se traduzca en oportunidades crecientes en empleo para las mujeres.
Todo lo anterior nos lleva a concluir que la segregación ocupacional y la discriminación laboral han sido temas que no se han atendido lo suficiente. En lo que a la segregación ocupacional respecta se reconoce que las mujeres tienden a concentrarse en unas cuantas ocupaciones, pero no se ha profundizado en este fenómeno a lo largo de diferentes momentos históricos.
Sobre la discriminación hemos considerado el hecho de que las mujeres reciben menos salario y están sujetas a condiciones de trabajo menos favorables solo por su condición femenina. Asimismo, la segregación y la discriminación, se infieren a partir del análisis de las distribuciones porcentuales de hombres y mujeres en las distintas ocupaciones y en los diferentes niveles de remuneración.
Sobre los efectos de la globalización y la reestructuración en la economía en el empleo femenino, es preciso reconocer que las políticas globales han señalado mas las diferencias entre hombres y mujeres.

La negociación colectiva como Institución igualadora de los salarios.

Las instituciones que regulan el mercado de trabajo tienen la función de disminuir las iniquidades. Tal es el caso de los sindicatos, cuyo principal instrumento de intervención es la negociación colectiva, a través de la cual se determina el salario.
Los convenios colectivos establecen niveles salariales básicos para cada puesto de trabajo, independientes de los atributos personales del individuo que lo ocupa (por ejemplo: la raza, la nacionalidad, la religión y el género), y también pautas para determinar sus incrementos en función de aspectos tales como la antigüedad.
En la Argentina, en las empresas coexisten segmentos de trabajadores alcanzados por el convenio, que tienen establecidos sus condiciones
de trabajo, junto con grupos de trabajadores fuera de convenio que pactan los salarios de manera individual.
Entre los puestos de baja calificación alcanzados por el convenio la brecha salarial de género desaparece, incluso se vuelve favorable a las mujeres.
La brecha subsiste, siendo desfavorable para las mujeres, entre los trabajadores fuera de convenio.
El efecto de esta institución sobre las brechas salariales no resulta homogéneo para trabajadores de diferentes niveles jerárquicos y con diferentes niveles de calificación. Tienen un mayor impacto igualador entre los trabajadores de menores niveles de calificación para quienes los convenios colectivos de trabajo tienen un mayor alcance.

Conclusiones del trabajo:
Los resultados muestran que las brechas salariales de género son altas. Aún presentando niveles de calificación más elevados, las mujeres en Argentina perciben ingresos laborales menores en un 20%, con respecto a sus colegas varones.
La discriminación por género en el empleo es el principal factor que explica las menores y peores oportunidades que obtienen las mujeres en la inserción y el progreso laboral.
La tipificación de las ocupaciones como adecuadas para varones y otras adecuadas para mujeres, lleva a configuraciones del empleo
donde la mayoría de los trabajadores/as se desempeñan en áreas segmentadas (femeninas o masculinas). Las mujeres tienen mayores dificultades para acceder al empleo de calidad, que no se explica por sus dotaciones educativas, lo que va constituyendo claros indicios de discriminación.
La fuerte presencia de las mujeres en el empleo no registrado y en el subempleo constituye una causa importante de la brecha salarial ya que estas ocupaciones, independientemente de su ingreso, se encuentran peor remuneradas.
Observamos también,  que al interior del empleo registrado, las oportunidades laborales para las mujeres todavía se concentran mayoritariamente en ramas de actividad tradicionalmente
Femeninas.
En nuestro país, las credenciales educativas y, en general, las dotaciones de capital humano de las mujeres son relativamente más elevadas, de manera que no parece ser la falta de inversión y habilidades de las mujeres las que están explicando sus menores salarios. Por el contrario, las acciones positivas necesarias serían para promover el acceso de las mujeres a puestos asalariados de calidad, registrados y estables y a disminuir, aún más, la subocupación horaria.
Las causas que originan las brechas salariales son múltiples y se basan en la interacción del sistema productivo con el conjunto de creencias de género predominante en la sociedad, presentes tanto en la oferta como en la demanda de trabajo.
las instituciones laborales, como el salario mínimo vital y móvil y los salarios básicos establecidos en los convenios colectivos de trabajo operan como un piso igualador entre las remuneraciones percibidas por varones y mujeres en las áreas con remuneraciones bajas.